La Diagonal de los locos
di Carlos García Prieto
Carlos García Prieto, arquitecto de 42 años, empecé a correr carreras extremas casi forzado que me obligaron a acompañar a un amigo a un maratón de montaña.
Desde entonces casi se ha convertido en mi único vicio…o estoy entrenando o corriendo alguna prueba, aunque queda mucho para poder completar en Grand Slam de mi amigo Salvo.
A la organización le gusta alardear de que es la carrera más dura del mundo y la verdad es que después de haberla corrido, no puedo estar más de acuerdo, aunque creo que la palabra exacta es "EPICA"
140 kilómetros en una sola etapa con 16.000 metros de desnivel acumulado, garantizan el sufrimiento más absoluto, tanto físico como mental y ponen a prueba cualquier entrenamiento.
Durante algo más de 43 horas he tenido el placer de formar parte de los 2.050 locos que tomaron la salida de la duodécima edición de esta carrera extrema.
La isla de Reunión es un territorio francés de ultramar, se encuentra a unos 700 Km. al este de Madagascar y forma parte con Mauricio y Rodríguez de las islas Mascareñas, es un lugar insólito e inclasificable que cuenta con las mayores cumbres del Océano Índico y no es conocida en el mundo por sus playas, sino precisamente por sus montañas, por su volcán activo, el Piton de la Fournaise, y por sus profundos acantilados.
En esta pequeña isla se desarrolla desde hace 12 años lo que se bautizo como "la diagonal de los locos", la carrera más increíble y descabellada en la que he tenido el placer de participar.
Los habitantes de Reunión participan en masa en este evento, o como competidores o como voluntarios o como público apoyando a todos y cada uno de los corredores.
A pesar de ser una carrera de extrema dificultad, para los habitantes de la isla se debe realizar un sorteo, ya que el número de inscritos supera el aforo de la organización.
Normalmente, los inscritos en una carrera de estas características no supera nunca el millar, pero sorprendentemente en esta ocasión son casi 3.000 almas los que año tras año se enfrentan a las penurias del recorrido seleccionado por la organización, entre los participantes en el Grand Raid y los que se "conforman" con correr solo 70 Km. del Semi Raid.
La entrega del dorsal se realiza con algún problema de aglomeraciones aunque la proximidad de la carrera y el ambiente cordial que se respira facilitan el trámite.
La carrera es, según el reglamento, de autosuficiencia alimentaria, aunque existen innumerables puestos de avituallamiento descritos en la parte de atrás del dorsal con comida suficiente para que solo sea necesario llevar una pequeña cantidad para casos de emergencia.
El reglamento contempla algunas pocas cosas obligatorias que no pesan mucho y que se controla en varios puntos que efectivamente se llevan encima, por lo que con una pequeña mochila de unos 2 o 3 kilos se carga con todo el equipo necesario.
Además la organización pone a disposición de los corredores, un servicio de transporte de bolsas con equipo personal a 4 puntos de la carrera, por lo que preparando unos sacos con el nombre y donde deben ser entregados, uno puede encontrarse con una buenísima sorpresa en el momento mas critico de la carrera, sin necesidad de cargar con ello…una simple camiseta seca de repuesto en determinado momento puede valer mas que el oro…
Un autocar de la organización nos transporta al punto de salida y a las 4:00 en punto, con la adrenalina a tope, 2.050 corredores salimos en tromba intentando encontrar nuestro ritmo.
La imagen de miles de frontales encendidos corriendo por un camino entre cañas de azúcar de mas dos metros de alto y un cielo cuajado de estrellas como techo la tendré siempre en mi memoria como una de las mas maravillosas que recuerdo, aunque no la única que me ofrecerá esta carrera.
La salida se realiza al nivel prácticamente del mar y en poco más de 20 kilómetros hay que subir a más de 2.200 metros. Al ser el inicio de la carrera todavía vamos relativamente juntos y se comienzan a producir aglomeraciones en algunos pasos casi de escalada que por un lado permiten tomar un respiro.
Llegamos a la zona volcánica de la isla, de la selva tropical al inicio de la carrera pasamos a correr por Marte en cuestión de 2 kilómetros.
Estamos a 2.400 metros y la zona relativamente llana se agradece. El sendero paralelo al cráter del "Piton de la Fournaise", el volcán activo de la isla es impresionante, una serpiente interminable de corredores se mueve a lo largo del desfiladero de rocas volcánicas y un polvo de color marrón que lo cubre todo.
La montaña va dejando paso a unas suaves laderas verdes con vacas pastando…de repente estamos corriendo en medio de Irlanda!!!!.
Esta es una zona rompepiernas, con subidas y bajadas constantes, y cambios de superficie del terreno hace que resulte agotadora, aunque poco a poco llego a Mare a Boue, el primer punto de control "especial" donde recojo una bolsa con algo de ropa seca y el arma secreta del corredor de ultrafondo…el jamón serrano.
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